Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

El curioso caso, de una actriz muy desesperada. (Día #13)

Todo lo que escribo me recuerda a ese gran momento en el que una mujer es asesinada por su gran ego. A la que pocos meses antes, había terminado con la vida de varios orgullosos. La cual un año después, esta hecha polvo y su nombre aun es recordado como la “Diosa de la inmoralidad” Esa soy yo. O al menos mis letras me imaginan así en par de años. Imagino mi futuro como si fuese mi presente y viceversa, cuando de repente te vas dando cuenta que el futuro “lo construyes tú” a medida que vas viviendo. No podría construir un presente feliz, imagínense un futuro “prometedor” mi sonrisa es lo único que me ha mantenido lejos. Mi cuerpo no tanto pero, mi apetito sexual si. Soy de esas, que del cien porciento, al principio dice no, y luego tienes que correrme del cuarto para poder salir de mí. (Ríe) Si amigos… No hay cosa más repugnante, que alguien repugnante, hable cosas repugnantes sobre su persona. En realidad no me interesa mucho lo que digan de mí. Es por eso que mejor les cuento yo,

Promesas. (Día #12)

Prometí callar a ciegas. Prometí no volver a llorar. Prometí sentirme completa, pero no… Ya no puedo más. He prometido durante años tratar de ser fuerte, y cuando lo soy quedo siete pies bajo tierra. He intentado estar de pie. He intentado estar tranquila, he intentado dar vibras positivas, pero ya no puedo. No puedo más. Prometí siempre tener una sonrisa. Prometí alcanzar la última estrella en el mar. Prometí tener lo inalcanzable, prometí poder volverme a enamorar. Pero no… No puedo más. Prometí en un altar, “hasta que la muerte nos separara” que injusticia esa promesa. Que injusticia esa perdida de tiempo, si la soledad no me ayuda a mantenerme serena, y me acusa a cada momento. Prometí amar a alguien por el resto de mis días. Y ese alguien me fallo. Prometí amar a alguien por medio a la lejanía…  Y ahora con tanta promesa, solo me siento vacía. Que triste indecisión la que me arriba. Que triste sufrimiento el que tengo, al que mi corazón anima. Si al menos pudiese notar lo que es

Fugitiva. (Día #11)

¿Qué es lo que he hecho? A quien debo mirar ahora?  ¿Qué es lo que puedo hacer? ¿Hacia donde debo dirigirme? Necesito un lugar, un santuario hacia donde dirigirme. Los deseos del hombre contra mi son puros. Tan puros que es imposible escapar de ellos. Es por eso que estoy fugitiva, dejando todo fuera de lo normal, y poco realista. Los susurros me persiguen, es como si el viento se torna violento, y me quisiera muerta. Como si cada espectro me abrazara con un aliento mortal. Necesito correr sin rumbo. Necesito irme a cualquier lugar. Estar sola, sin dos, ni cuatro, solo estar en cuerpo y alma. Sentir esa sensación, y querer tener más, y darte cuenta que no puedes. Eso hace que duela el alma. Quisiera culpar a los chismosos de todo lo que he hecho. Quisiera desear que cada alta voz en las calles fuese solo un eco. Quisiera correr y correr, hasta que mis pies ya no sienta ni las piedras en el piso, ni la llana grama que esta en cada orilla del mar. Ya no se ni lo que escribo, ya no se n

Canto a un gran perdedor. (Día # 10)

De ti aprendí, que para poder llegar a ser feliz, debemos quitarnos el peso del que dirán de encima. Aprendí a darme a respetar, y saber cuando salirme de la jugada. Aprendí a desear ser feliz con alguien y lograrlo. Aprendí a no serle infiel a nadie más. De ti aprendí tantas cosas… Desde el abecedario en talismán, hasta esa gran melodía que recitabas todos los días. Aprendí a aguantar un orgasmo, aun así lo quiera. Sobre todo aprendí a darme a respetar de ti, y de los demás. Tú fuiste mi maestro, mi mentor. Que ganas no me hubiesen faltado que fueses tú mi alumno. Pero en la vida, hay que aprender no a perder, si no a ganar a medias. Que entiendas que las cosas no son de tu propiedad. Que el juego del escondite ya es historia. Y que cada vez que bebes, la copa siempre estará media llena. No solo elegiste ser un perdedor a medias. Si no que, decidiste dar una batalla en vano, sabiendo que de mi solo recibirás el daño que en mi tu provocaste. Sabiendo que hay otros dedos marcados en m

La emoción. (Día #9)

Nueve días…. Nueve días y al fin escuche la voz que estaba esperando. Nueve días de haberme sentido vacía, y hoy por fin siento seguridad en mí. Por fin escucho el te amo que tanto escuchaba en mis pensamientos. Sentí como me tocaba con sus palabras, como me llenaba de amor en cada verso. Lo sentí a el por completo. Solo fueron cinco minutos. Pero fueron los cinco minutos más felices de mi vida. El pensar que ya nada podría ser peor, cuando de repente entra el viento por tu ventana, escuchas el teléfono sonar y ZAZ! Resulta ser el rey de Roma. Al que has pensado toda una semana. Al que has visto cada vez que tus ojos se cierran. Al que has extrañado sin parar. Era el, quien me levanta el animo mientras otros intentan deshacerlo, era el, quien con su voz ilumina mi camino y llena cada sendero de incógnitas resueltas. Dios mio si era el. No lo he soñado, SI ERA EL. Mi apetito se ha incrementado día a día desde su partida. Sentir que puedo hacer cosas, mientras el esta bien. Eso me hace

La portada. (Día 8)

Esta es la nota, en donde todas las noches escribiré pensando en el. Esta es la nota en donde miles de lágrimas brotaran de mis ojos, pensando en un rescate. Esta es la nota, que en compañía de varias mas, componen un libro de escrituras, lleno de leyendas y mitos, que solo yo podre contar. Esta es la hoja en donde el atardecer se posara todos los días a media tarde, a media luz. Este es el lápiz, que escribirá cada melodía, cada soneto en el cuerpo de ambos. Y esta soy yo. La escritora que empieza a preguntarse ¿cual es su desespero? Que empieza a cuestionar cual es el origen de cada hueco. Soy yo la que con mis ideas dejo fluir el rio, y me rio cuando veo el final. Soy yo la escritora desesperada que intenta buscar conclusión a cada cosa, cuestiona cada movimiento, cada posición, para al final, pero solo al final explicar todo y decir, que todo proviene solo de su imaginación.                                     ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Derecho a ser feliz. (Día #7)

Cuando era adolecente mis padres me llevaron a un psiquiatra (típico de mi, es querer hacerme la loca) jaja, no realmente estaba loca... aunque sinceramente, si se ponen a ver, las personas con menos capacidad para entender las cosas son las que terminan siendo filósofos y hasta llegan a ser grandes. Recuerdo muy bien cuando fui al psiquiatra que yo estaba bastante tímida, no hablaba mucho y hasta podría decir que pensamientos suicidas pude haber tenido en algún momento. Por alguna razón soy quien soy y es que cuando menos te lo esperas algo marca tu vida, de momento me encontraba yo con un bajo autoestima que me iba consumiendo de pies a cabeza, sentía un fuerte ardor en el pecho, y hasta el aire me faltaba. No quería estar ahí, no me sentía cómoda, ni con mis padres ni con la psiquiatra. ¿Es algo un poco difícil de entender no? porque cuando eres adolecente lo menos que deberías de tener es miedo, o al menos yo que he sido una persona que ha tenido bastante fuerza sobrenatural en

Cambio de vida eterna. (Día #6)

(Al teléfono, con su mejor amiga.) Misterioso es el caso en el que me encuentro. Si si… Ya sabes, de esos casos en los que no sabes si gritar o correr mientras lloras. Te digo, es que no se como más aguantar esta situación. Si yo misma pudiese sentir otra cosa, pero no. Solo siento lo mismo desde que ese día llego. No puedo hablar de algo distinto, siempre hablo de lo mismo, pienso en lo mismo, hasta parpadeo y siento que sueño con lo mismo. Es como si por obligación esto tuviera que pasar. Es como cuando sientes que todos te juzgan en cantidades grandes de personas, y la presión de grupo te comienza a comer. El sueño me arrebata la posibilidad de querer tener más… Poder aplicarme menos, y poder sentir a medias esto que siento. Ponerme sus zapatos, y pretender que puedo sentir lo que el siente por medio de la distancia. Eso es lo que quiero. No quiero estar frente a una pared parada todo el tiempo. No quiero estar en la plaza pública con un sombrero de asno. NO. Quiero solo pone

Veinte y dos años (Día #5)

Veinte y dos años buscando el significado de lo que es vivir, veinte y dos años… Intentando separar lo inseparable, intentando entender lo inexplicable, pero a la misma vez enredando esa confusión entre los confundidos. Veinte y dos años de experiencia en… nada. Veinte y dos años en momentos con lágrimas, y decepciones humanas. Veinte y dos años, riéndome de algo que no es tan divertido. Leyendo esos cuentos ficticios, impregnando cada sello de mí, en cada cuerpo elegido. Veinte y dos años comportándome como demente. Veinte y dos años… Veinte y dos años queriendo ser yo, queriendo estar sola, y cuando al fin estoy sola… Siento que el mundo conspira contra mí. Siento que el amor de mi vida ya no me extraña, que en el mas allá no existe justicia, que en momentos incomodos lo único que se debe hacer es llorar. Que la distancia mata, y mata de verdad… no como en las películas, no como en la vida de novelas, esta es mi vida… Y las estoy viviendo sola. Esta es mi vida, y estoy en la dese

La desespera. (Día #4, el día 2 y 3 ya no existen)

Muy complicado el escribir todo un día y expresar como me siento. Muy complicado el pretender ignorar lo que pasa afuera, e ignorar a quienes necesitan ayudarte. Estoy un poco confundida, no sé si quienes se acercan a mí se acercan por interés, o porque simplemente les preocupo. No dudo de la sinceridad de varios, de lo que dudo es del desempeño colectivo entre algunos. Me parece curioso como llevo días tratando de ver que escribir y solo se me ocurre hacer una crítica social, y por supuesto poner en duda a las personas que me rodean y su confianza. Quisiera poder hablar bien sobre esas cosas que me apasionan, pero no encuentro por dónde meterme en ese hueco. Quisiera poder tener alguien en quien confiar, pero es que por más confianza que le des, nunca dejas de conocer a esa persona. El interés simplemente me abarca. O sea no el mío necesariamente, si no el interés de los demás, en verte caer y dejar que te caigas. A ese interés es al que le temo. Y a ese interés por más que me llam

Aceptación. (Día #2)

Sean bienvenidos desconocidos a este lugar, en donde la falta de compañía es la clave del éxito. Empezaremos por anunciar el poco manejo de vida dentro de los individuos originales de cada corazón no compartido. Anunciemos esta desesperación como si fuese lo único que nos llena la barriga al tener hambre. Empecemos por adoptar la peor actitud que se puede tener, y comenzar a extenderla por estos últimos meses. Llenemos esa cabeza de ideas erróneas y descabelladas, y tirémosla al momento de llorar. Desconectémonos por unos segundos de la realidad, de esa burbuja en donde usualmente cada uno es el rey y reina de nuestros pensamientos. En donde cada cual es el ladrón de su corazón, en donde cada ladrillo tirado en cada ventana, susurra el más secreto suspiro al momento de chocar. Despertémonos del sueño en donde la sonrisa oculta florece sin darse cuenta, despiértenme a mí, de mi pesadilla más desierta y denme el apodo más inmoral que existe. Encuentren ese misterio que me mantiene ci

La despedida. (Día #1)

Como dos amigos, se despiden dos sujetos al acercarse el día en que uno de ellos tiene que partir. La emoción es tanta, y las ganas de retenerse es tan inmensa, que ambos solo sonríen. El que se fue, se fue y quien se queda, solo se queda. Uno pensando en que se le acaba de ir su vida. Y otro pensando en crear su vida con quien piensa que ya no la tiene. Las puertas se cierran, el carro se enciende y se va. El corazón de uno de ellos ya no bombea más. El único aliento inalcanzable queda dentro de la persona que se fue. La vida de uno de ellos termina dentro de la otra. Siendo uno solo, porque a fin de cuentas siempre así fue. Ambos contaran historias de cómo se sienten y hasta donde han llegado. Ambos sentirán que cada anécdota los quiere matar. Ambos sufrirán con la distancia, y lloraran con la tristeza. Ambos tendrán que batallar. Uno con la soledad inmensa, y el otro con la carga que deberá llevar. La despedida… Esa palabra que por mucho dura poco, y por poco hace que dure mucho

A solo días… Sin cuenta regresiva.

Mi cerebro esta apagándose en cada momento en que trato de pensar en el. Intento tener las respuestas de lo que posiblemente sucederá, intento tener el apoyo de quienes se que a conveniencia estarán. Pero nada de eso me zacea la sed de querer tenerlo para mí, tenerlo para siempre. Es su deber irse, es su deber pertenecer a esa gran batalla, que con mucho orgullo entenderé. Lo que no podre entender durante años es que, a pesar del tiempo invertido en mí, en todo, aun sigo esperando mi premio. Ese premio en donde podre reconocer que me reconocen como lo que soy, como lo que por deber me corresponde, por lo que me he convertido gracias a esto, gracias a él. Siento que extrañar se me hará mas difícil de entender, ya que aun el estando a mi lado, siento que lo extraño. Ni siquiera soy yo cuando me miro al espejo. Ni siquiera mi aliento reconozco. Solo pienso en los días, en las horas, en el querer y en el poder. Siento que la soledad me ayudara en esto, en todo. Siento que ni la muchedu

Ruleta rusa.

     Que hipocresía la nuestra, más aun, que hipocresía la mía. El escribir cosas que cualquiera piense que es fantasía. ¿Pura realidad? Aun no lo sé. Mi futuro es incierto, y mis manos las uso como guía. Necesito guiarme a todo, al principio y al final. Desde el punto medio me hecho a gritar, inhalo, trato de llevar esta osadía, pero es imposible. Nadie sabe lo que he hecho, nadie sabe mi cometido. Pero me aman como soy. Nadie se ha dado cuenta de mis confesiones a base de mis palabras, a base de mi escrito. Pero hoy por hoy se dan cuenta solo si se los grito. Traten de ir más lejos. Traten de llevarme a ese volcán. Pero no me juzguen. No sin antes haber leído las dos caras de la moneda, no sin antes haberse enterado de lo que siempre les he tratado de explicar. Ustedes son humanos. Jamás entenderían mi punto. Ustedes se enamoran sin parar, se nublan, se quedan incoherentes, ustedes son humanos. Qué cosa tan difícil es poder hablar. Es por eso que mis manos, expresan lo que mi miedo

Bitácora de un militar 2

No lloro porque me haya dejado. Lloro porque sé, que me dejara. Me dejara con las ganas de ser suya todas las noches, me dejara con la acostumbrada forma de extrañar. Me dejara con el sollozo de cada frio al amanecer, con su sonrisa impregnada en mi mente, en mis ojos. Y mis ojos…mis ojos se quedaran secos sin él. Tiemblo al saber que estaré sola una vez más. Tiemblo al temer lo que temo, y si no temiese tanto este temor, no estaría repitiendo la misma redundancia a cada segundo, en busca de un resultado menor. Ya quisiera yo que mis temores fuesen menores. Ya quisiera yo, que él no estuviese en mi mente, en mi piel. Pero lo está. Lo está y eso es a lo que más temo. A que su briza dañe lo que está por terminar. A que el viento sople lo que hemos construido, temo a lo que no se, y temo a lo que no me atrevo a pensar. Vuelvo a escribir por él. Vuelvo a poner el ancla antes de ver la tierra. Vuelvo a luchar antes de su partida. Vuelvo a llorar por mí querer. Y es que no lo quiero. Lo am