Ir al contenido principal

Veinte y dos años (Día #5)



Veinte y dos años buscando el significado de lo que es vivir, veinte y dos años… Intentando separar lo inseparable, intentando entender lo inexplicable, pero a la misma vez enredando esa confusión entre los confundidos. Veinte y dos años de experiencia en… nada. Veinte y dos años en momentos con lágrimas, y decepciones humanas. Veinte y dos años, riéndome de algo que no es tan divertido. Leyendo esos cuentos ficticios, impregnando cada sello de mí, en cada cuerpo elegido. Veinte y dos años comportándome como demente. Veinte y dos años… Veinte y dos años queriendo ser yo, queriendo estar sola, y cuando al fin estoy sola… Siento que el mundo conspira contra mí. Siento que el amor de mi vida ya no me extraña, que en el mas allá no existe justicia, que en momentos incomodos lo único que se debe hacer es llorar. Que la distancia mata, y mata de verdad… no como en las películas, no como en la vida de novelas, esta es mi vida… Y las estoy viviendo sola. Esta es mi vida, y estoy en la desesperación mortal. En la necesidad poderosa. En el punto de que el dinero simplemente no me importa, porque quiero a mi amor de vuelta. Lo quiero conmigo, lo quiero en mí. No es más un querer, es una necesidad, no me importan los bienes materiales si quien deseo y en quien pienso, está a mi lado. Solo quisiera poder pensar, que cada gota derramada por mi mejilla, en el mismo momento en que pasa, a él le pasa igual. Que cuando miro hacia el cielo, él lo está mirando. Que cuando miro este anillo que tengo en mi mano, el piensa en lo mismo, en que fue el mejor día de mi vida, y que jamás lo cambiaria. Desearía poder pensar que… Mientras duermo él duerme como yo… en su lado de la cama, con las manos extendidas, como si lo estuviese tocando. Desearía pensar en que… Cada vez que me rio, pienso en su sonrisa. Que cada vez que recuerdo cuando dice que me ama un universo, el universo se enciende como si fueran millones de velas a mí alrededor. Que cada vez que se va a dormir yo sienta el beso que me da en la mejilla, que cada momento en el que me abraza, sienta ese calor en mi piel fría… Desearía poder comprender a la distancia… ¿porque es tan cruel amiga? Desearía poder, censurar cualquier amistad con ella, y quedarme sola brillando en los hermosos ojos cafés, de mi dulce estrella. Contemplando el ancho mar, y pensando en que en cuatro meses, mi fiel amante volverá.

                                    ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012



Comentarios

  1. ok....c q tas a zero millas d distancia d mi..pero aun asi.......te lo digo por aqui!!! u fucking made me cry!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Awwwwwwwwwwwwwwwwww Gracias Gracias en ocasiones suelo causar eso en mis lectores.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...