Ir al contenido principal

La desespera. (Día #4, el día 2 y 3 ya no existen)


Muy complicado el escribir todo un día y expresar como me siento. Muy complicado el pretender ignorar lo que pasa afuera, e ignorar a quienes necesitan ayudarte. Estoy un poco confundida, no sé si quienes se acercan a mí se acercan por interés, o porque simplemente les preocupo. No dudo de la sinceridad de varios, de lo que dudo es del desempeño colectivo entre algunos. Me parece curioso como llevo días tratando de ver que escribir y solo se me ocurre hacer una crítica social, y por supuesto poner en duda a las personas que me rodean y su confianza. Quisiera poder hablar bien sobre esas cosas que me apasionan, pero no encuentro por dónde meterme en ese hueco. Quisiera poder tener alguien en quien confiar, pero es que por más confianza que le des, nunca dejas de conocer a esa persona. El interés simplemente me abarca. O sea no el mío necesariamente, si no el interés de los demás, en verte caer y dejar que te caigas. A ese interés es al que le temo. Y a ese interés por más que me llame, no le pienso contestar. Esa confusión entre si es amigo o pariente, termina en el momento en que te das cuenta que nunca estuvo ahí los siete días de la semana, y que siempre fue un despelote poder entenderte, pues a fin de cuentas jamás te conoció… El desespero me vuelve loca, no quiero llorar, no quiero reír, no quiero enojarme con nadie, no quiero darle confianza a nadie, porqué al final me lo sacaran en cara, como siempre hacen, como si todos me estuviesen haciendo un favor.

                                    ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...