Por unos segundos me olvido de quien soy, dándome cuenta de donde estoy. En ninguna parte. No hay paredes, no hay un cielo, no hay un suelo, no hay gente. He optado por pensar que todos se han ido. Pero no. En realidad jamás existieron. O quizás soy yo quien se ha desaparecido. He manejado un autocontrol en mí, pero me ha fallado. No tengo autocontrol, solo me queda la autodefensa. El huir mientras está el problema en pleno auge, es mi condición. El hablar de más, y creerme el cuento de algo que no existe, ese el problema. No me queda nada más que huir una vez más. Sin remordimientos, sin alas que cortar. Siento algo de confusión, entre tantos momentos confusos, que ni recuerdo cual de todos fue el que me confundió. Lo que sé es que, ya no sé. Y tengo miedo a no seguir sabiendo. Tengo miedo a no poder seguir viviendo. Qué difícil es sentir miedo a sentir. Y es que, no hay nada más terrible, que querer decir algo, y no saber cómo. Luego notas que solo tenías que buscar la palabra co
Solo una mujer.. que tiende a explotar palabras compuestas de sentimientos...