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Mostrando entradas de enero, 2013

Entre tú y yo.

Y aquí estamos tú y yo… Unidos por algo más allá que la edad misma. Pegados más arriba que el tiempo y más abajo que la misma soledad. En cualquier momento esos hombres de blanco vienen a separarnos. Pero no te asustes amor de mi vida, que no lo lograrán. En cuanto ellos traten de separarnos, yo me llenaré de armaduras y estaré toda la vida contigo. Puede que al principio uno de los dos sea inmaduro, y no entienda lo que pasa en el camino, pero yo te guiaré, como me supieron guiar a mí hacia ese destino. Estoy nerviosa… He amado algo sin verlo, y ahora no sé cuál será mi reacción al conocerte. Me mato pensando en si te caeré bien, en si también me reconocerás con tan solo mirarme. Intento pensar en si seré bonita a tus ojos, en si demostraré que soy ejemplar. Tan pronto llegues a esta vida, seré toda una mujer hecha y derecha, porque tú me harás aprender de todo, y descartar lo que sabía de la vida, que era simplemente nada. Me vas a enseñar a conocerme más fuerte, me enseñarás

Se me hizo fácil.

Puedo quedar con alguien para cenar, y a última hora arrepentirme. Podría tener una entrevista de trabajo y no saber cómo llegar. Que se me haga difícil entrar en una discusión política o religiosa. Pero nada más fácil que dejarte de suspirar. Nada más fácil que verte caer en un dos por tres, nada más fácil que desearte la muerte en pleno San Valentín. Se me hizo fácil acogerme a la quinta enmienda, robarme todos esos insultos de tu parte y sobre todo, ganarme ese odio inmenso de ti. Se me hace mucho más fácil sonreír. Si vieras esta sonrisa morirías de tanta rabia que te produciría. Me pondrías las manos encima, y luego como de costumbre te echarías a llorar. Irías corriendo hacia la casa de tus padres, y luego tomarías una decisión dependiendo de lo que opinen los demás. “¿Que importa si amo o no amo?” así estarías tu diciéndote dentro de tu cabezota tonta. “Si papa y mama deciden por mí.” Con pena ajena entiendo que debe ser muy triste tu caso. Pero aun así se me ha hecho fácil

Vida Maternal.

Me encuentro en el pasillo de un hospital. Moribunda y casi sin aire, miro a los demás con indiferencia, con enojo. “ellos no entienden como me siento” Así pensaba yo. Aunque sinceramente, pienso que cada uno pensaba lo mismo de mí y de los demás. He pasado todo este tiempo en la deriva de si seré buena madre o no. Pienso mientras paso la mitad de mi embarazo en un cuarto con instrumentos, una TV casi sin color, un frio que cualquiera diría que me daría hipotermia, unas enfermeras que vienen y van, y mis ganas de llorar a chorros aguantadas. Pienso mucho. De hecho he pensado demasiado. Pienso en como será mi hija, en si estará bien. Pienso en el momento del parto, de tan solo pensar me siento nerviosa. He pasado todo este tiempo de comentarios en comentarios. ¿Por qué será que cuando dices que esperas un bebe, todos preguntan quien es el padre? ¿Por qué cuando saben que serás madre, todos especulan de que tendrás? Luego te hablan de esos tontos mitos en los cuales la mayoría cree, me