Ir al contenido principal

Cambio de vida eterna. (Día #6)


(Al teléfono, con su mejor amiga.)

Misterioso es el caso en el que me encuentro. Si si… Ya sabes, de esos casos en los que no sabes si gritar o correr mientras lloras. Te digo, es que no se como más aguantar esta situación. Si yo misma pudiese sentir otra cosa, pero no. Solo siento lo mismo desde que ese día llego. No puedo hablar de algo distinto, siempre hablo de lo mismo, pienso en lo mismo, hasta parpadeo y siento que sueño con lo mismo. Es como si por obligación esto tuviera que pasar. Es como cuando sientes que todos te juzgan en cantidades grandes de personas, y la presión de grupo te comienza a comer. El sueño me arrebata la posibilidad de querer tener más… Poder aplicarme menos, y poder sentir a medias esto que siento. Ponerme sus zapatos, y pretender que puedo sentir lo que el siente por medio de la distancia. Eso es lo que quiero. No quiero estar frente a una pared parada todo el tiempo. No quiero estar en la plaza pública con un sombrero de asno. NO. Quiero solo ponerme sus zapatos. Ponérmelos y sentirme más que cenicienta. Poder decir que mire de arriba hacia abajo, y que de abajo hacia arriba no es la misma perspectiva que solía ser. ¡NO! Ya estoy cansada de que me digan que hacer. Tengo edad para estar en estos pies, y mucho más para estar en los suyos. Tengo derecho a pensar en que es lo que quiero. Tengo derecho a vivir como vive el. ¿Pero es que no me estas entendiendo? Fue mi salvador, quien me puso un anillo en el dedo, prometiéndome amor eterno y no… No lo cumplió. Desde entonces he visto la muerte con otros ojos. Desde entonces lo he visitado en cada rincón, desde el día en que me reconoció. Desde entonces… Sigo visitando con esperanza hueca y pobre, el burdel donde el me recogió.
Top of Form

                                    ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...