Ir al contenido principal

La emoción. (Día #9)


Nueve días…. Nueve días y al fin escuche la voz que estaba esperando. Nueve días de haberme sentido vacía, y hoy por fin siento seguridad en mí. Por fin escucho el te amo que tanto escuchaba en mis pensamientos. Sentí como me tocaba con sus palabras, como me llenaba de amor en cada verso. Lo sentí a el por completo. Solo fueron cinco minutos. Pero fueron los cinco minutos más felices de mi vida. El pensar que ya nada podría ser peor, cuando de repente entra el viento por tu ventana, escuchas el teléfono sonar y ZAZ! Resulta ser el rey de Roma. Al que has pensado toda una semana. Al que has visto cada vez que tus ojos se cierran. Al que has extrañado sin parar. Era el, quien me levanta el animo mientras otros intentan deshacerlo, era el, quien con su voz ilumina mi camino y llena cada sendero de incógnitas resueltas. Dios mio si era el. No lo he soñado, SI ERA EL. Mi apetito se ha incrementado día a día desde su partida. Sentir que puedo hacer cosas, mientras el esta bien. Eso me hace bien. Sentir que me ama en la lejanía, y que me piensa mientras lo pienso. Eso me hace bien. Sentir como cada suspiro y pensamiento hecho por el en cada noche antes de acostarse llena mi corazón de algarabía. ¡ESO! Eso me hace bien. En las noches solía dormir sola y fría, y hoy… Hoy dormiré viva, porque el amor de mi vida, me ha rejuvenecido al final de este día.

                                    ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...