Ir al contenido principal

I do I do...


Les comunico. Ya los caminos se han encontrado, uno al otro ha dejado el orgullo atrás. Al fin hemos hecho contacto. No hay riesgo que impida que el camino se habrá aun mas. No hay torpeza que haga a cada uno tropezar. Estamos libres. Somos libres. Que la timidez me abarque, no importa, aun así dejare mi huella atrás, dejare lo que soy, para ser alguien nuevo. Declaro ese día como único, declaro ese día como el día de la hipocresía vestida de blanco. Declaro este vestido, como uno más del montón. Declaro estos zapatos como unos cualquiera. Declaro este ramo, como uno sin color. Declaro este día, como el día de los muertos. Declaro este día, como el día de la bipolaridad, la felicidad incompleta, el sufrimiento volátil. Declaro estas horas, como crecimiento personal, como crecimiento colectivo. Sonrisas incompletas, forcejeo fenomenal, estancias en las brizas, y el calor del mar. Me han capturado. Me han domado, y me encanta. Me han echado la soga al cuello y me han hecho caer. Colgando de lo único que me hacía pensar sobre todo, cierro los ojos y empiezo a gritar. Si, acepto. Acepto no porque me quede de otra, si no porque si muero sería conveniente tener un testigo cerca el día del desenlace. Acepto a ponerme esos trapos que ambos llevaremos, solo por verte conmigo cada día de mi vida. Acepto llevar ese ramo sin color, sin sentido. Acepto tener el vestido de hipocresía no me importa. Acepto tener un anillo en mi debo aun así, muestre mi esclavitud. Y lo más importante, te acepto a ti como individuo, como humano cualquiera, para que me atormentes, para que me dejes caer en mis pesadillas. Te acepto a ti, para que seas el hombre de mi vida pero, solo si te arrodillas y besas el piso por donde caminas. Así se que dejaras una marca, en cada paso del camino, así se que por más que nos perderemos tus labios nos sabrán guiar. Odio el matrimonio, y te odio a ti por haberme convencido. Mas me odio yo, por haberme prohibido ser feliz por mi cuenta. Pero no me importa, porque después del sí, tendremos todo de vuelta. A oscuras me quedo, con la linterna en el rostro, contándoles esta historia de horror, el momento de mi logro, la asesina de blanco, con su muerto hecho polvo.
                  
                 © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...