Cuando se quiere, se demuestra...
No se dice así porque si, como si fuese una cosa para salir de ella y ya. No se
pretende quedar bien con tan solo decirlo sin demostrarlo. Porque quien quiere
se calla. Porque quien quiere actúa. No importa quién lo dice primero que
quien... Importa quien lo demuestre con más fuerza, y en qué lugar te sientas
junto a esa persona. Para querer, nos tenemos que querer primero... Nos debemos
amar con esa locura incansable, nos debemos conocer, para luego conocer a
alguien más profundo. Tan profundo, que conozcas hasta donde empieza, y donde
termina su último lunar. Cuando quieres... Sabes vivir sin esa persona. Sabes
amar sabiendo que algún día podría acabar, y te duele, pero lo aguantas. Cuando
amas... debes amar lo bueno y lo malo de esa persona. Sus enojos.., su carácter,
su forma de reír y de llorar. Amas cada cosa por más buena, y por mala que
fuese... porque sabes que al final, si algo pasase, sabrás como actuar en el
momento, sabrás como defender lo que sientes sin dejarte llevar. Cuando uno
quiere... cuando uno de verdad quiere... uno jamás se confunde. Porque jamás,
pero jamás podría confundirte la decisión definitiva de querer a alguien.
Porque si te confundes, es porque no quieres de verdad. Porque miras hacia un
lado, porque giras la cabeza, observando a alguien más. Eso... no es amor. Ahí
es cuando te das cuenta que... no quieres como dices querer. Cuando se quiere, ¡se
vive! cuando se quiere se llora! cuando ambos queremos, terminamos actuando sin
simplemente hablar de más.
Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.
Comentarios
Publicar un comentario