Cuando se quiere, se demuestra...
No se dice así porque si, como si fuese una cosa para salir de ella y ya. No se
pretende quedar bien con tan solo decirlo sin demostrarlo. Porque quien quiere
se calla. Porque quien quiere actúa. No importa quién lo dice primero que
quien... Importa quien lo demuestre con más fuerza, y en qué lugar te sientas
junto a esa persona. Para querer, nos tenemos que querer primero... Nos debemos
amar con esa locura incansable, nos debemos conocer, para luego conocer a
alguien más profundo. Tan profundo, que conozcas hasta donde empieza, y donde
termina su último lunar. Cuando quieres... Sabes vivir sin esa persona. Sabes
amar sabiendo que algún día podría acabar, y te duele, pero lo aguantas. Cuando
amas... debes amar lo bueno y lo malo de esa persona. Sus enojos.., su carácter,
su forma de reír y de llorar. Amas cada cosa por más buena, y por mala que
fuese... porque sabes que al final, si algo pasase, sabrás como actuar en el
momento, sabrás como defender lo que sientes sin dejarte llevar. Cuando uno
quiere... cuando uno de verdad quiere... uno jamás se confunde. Porque jamás,
pero jamás podría confundirte la decisión definitiva de querer a alguien.
Porque si te confundes, es porque no quieres de verdad. Porque miras hacia un
lado, porque giras la cabeza, observando a alguien más. Eso... no es amor. Ahí
es cuando te das cuenta que... no quieres como dices querer. Cuando se quiere, ¡se
vive! cuando se quiere se llora! cuando ambos queremos, terminamos actuando sin
simplemente hablar de más.
Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...
Comentarios
Publicar un comentario