Tengo
ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir
corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta
regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con
reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo.
Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu
reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”.
Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma
en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos
viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como
están. Morir sola, y que a mi lado este quien escogí como si fuese mi error mundano.
Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero
que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro
único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, amarte y que me ames a mí.
Pero que te quedes ahí, donde estas. Que el golpe caiga en mi cuerpo y que tú
te alejes del abismo, en donde ambos caeremos. Tengo ganas de besarte, y que me
soples como el viento. Tengo ganas de entenderte, y que me entiendas, pero vete
lejos. Que mi cárcel me espera, ya que nadie podrá contra eso. Y ese al que
tanto espere, regresa en tiempo muerto.
©Derechos
de autor, Sheila Rosa Castro – 2012
Wao me encanta....muy profundo..!
ResponderEliminarGracias!
EliminarMe gusta mucho la peculiar forma que tienes de escribir. Muy bueno!
ResponderEliminarGracias! Aqui a la orden :)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsto me tocó tanto... <3
ResponderEliminardeleitate mami!
Eliminar