Yo ya no le tengo paciencia a muchas
cosas... Suelo no tenerle paciencia a los ruidos. Me hace daño, la muchedumbre
y la multitud, me satura muchísimo el mismo tema una y otra vez, me cansan
algunas personas, y a veces hasta me canso yo misma. El respirar se me
dificulta a veces, pero no por falta de aire, si no por respirar con tanto
enojo que no puedo controlar. Yo ya no
tengo paciencia. Yo ya no puedo quedar callada ante nada, ante nadie. Yo ya no
tengo eso de poder extrañar a alguien, o de echar de menos algo de alguna
persona. Soy egoísta en querer sentirme para mí, y sentirme bien... Yo ya no
tengo esa cosa, a la que las personas les gustan de mí. Y para serles sincera,
ya ni me importa. No soporto las excusas, ni
mucho menos soporto las mentiras. No puedo ver a alguien que se haga el
inocente, y que quiera lanzarte lo peor por algún error que hayas cometido,
como si hubiese sido el fin del mundo, sin ellos verse que no son perfectos,
que también cometen errores y hasta peor. Yo ya no tengo paciencia para las estupideces.
No tengo paciencia para dar ni recibir. YO simplemente quiero estar conmigo, y
quiero vivir para mí. Yo ya no espero un retorno, de nadie, ni de nada. Yo ya
no sueño, con eso de querer ser algo grande, yo ya me rendí. No tengo paciencia
para el fracaso, no le tengo paciencia a los miedos. Yo exploro, yo me
aventuro, yo me lanzo a todo, yo me enamoro. Yo hago las cosas que no todo el
mundo es capaz de hacer, por el temerle a todo, por el temerse a ellos mismos.
Estoy cansada de este vaivén, y estoy cansada de tener personas en mi mente,
que no valen ni un segundo de pensamiento en mi cerebro. Estoy cansada… Simplemente
estoy cansada de cansarme ya.
Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...
Comentarios
Publicar un comentario