En un no muy lejano lugar, se
encuentran varios espíritus que pelean consigo mismos. Suelen cerrar las
puertas de lo que posiblemente será lo mejor en sus vidas, no dan esa
posibilidad a aventurarse, y casi siempre deciden que es algo malo lanzarse,
mucho antes de saber cómo está la situación en realidad… Esos, son espíritus
perdidos. Van durante toda su vida, mendigando y exigiendo algo que no dan, que
ni por equivocación pueden ofrecer. Se esconden detrás de la inseguridad, y
bajo ese modo continúan su vida. Todo para ellos es un “que hubiese sucedido” o
un “mejor no lo hago, porque terminara mal” Ellos no viven. No saben vivir,
pero están cansados de vivir, porque piensan que les va mal… Ven defectos en
otros espíritus, menos en ellos mismos. Y sienten que no reciben lo que
merecen, y lo buscan en otro lugar, sin darse cuenta que ellos, tampoco dan lo
suficiente. No ponen de su parte… Ellos, simplemente cierran sus puertas antes
de saberlas abrir. Son cobardes, muy cobardes… Quieren todo, pero no hacen
nada. Ellos no sueñan, ellos no confían en sí mismos. Vagan por el mundo
pensando en que es lo que hacen mal, en que es lo que pasaría si… No viven,
pero tampoco dejan vivir. No se dejan querer, no se dejan amar… Hay espíritus
que simplemente se dejan morir. Cuando alguien les llega, ellos no saben qué
hacer… No saben que decir, se cierran en ellos mismos, no se dejan caer a los
brazos así porque sí. Hacen esperar, pero ellos no esperan. Exigen tiempo, sin
darte a ti el tiempo que necesitas, y creen que eres capaz de necesitar de
ellos, cuando en realidad quienes necesitan, son ellos de ti. En un no muy
lejano lugar, se encuentran las almas perdidas… esos espíritus que aman, pero
no se dan cuenta, que te quieren, pero no basta eso para dejarse fluir, ellos
no van con el viento… Ellos simplemente te desean, te admiran, o solo si de
verdad así lo quieren… entraran en ti, entraran en tu vida…
Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.
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