Ir al contenido principal

El amor llego a mi puerta.

El amor llego a mi puerta.

Una vez el amor llego a mi puerta, pasó desapercibido ante mis ojos, recorrió la sala de mi casa, olía mientras flotaba en búsqueda de algo, hasta que me encontró. Nos fuimos de picnic ese día. Hablábamos de las cosas que jamás pensaríamos que hablaríamos con alguien, nos mirábamos,  reíamos. Una vez el amor toco a mi puerta, corriendo fui a abrirla, mientras pasaba frente a mí rostro, alejándose de mí. Cruzaba aquel pasadizo secreto al que muchos le llaman “camino” nunca había recorrido algo parecido, mientras dudaba en que hacer ya se había ido. Una vez el amor no toco a mi puerta, solo paso, se sentó en aquella mesita a tomar un dulce café. Ocupaba su espacio y su tiempo en leer su periódico, mientras escuchaba la misma anécdota una y otra vez. Se reía de todos aquellos que soñaban con enamorarse. Criticaba a todo aquel que se le parara al frente con cara de “idiota” de “iluso”. ¿Alguna vez, les conté que el amor toco a mi puerta? Si… Así fue, así como vino, así mismo se desapareció, y ni siquiera una huella en mi puerta me dejo. Luego de eso cuando terminábamos de… ¡Disculpen, alguien toca a mi puerta!

Como les decía, cuando mi amor y yo terminábamos de reír aquella tarde… ¿Que quien toco a mi puerta? No lo sé, ya me canse de abrirla o de preguntar quién es, sin tener una respuesta de vuelta. Bueno, les decía que, una vez el amor toco a mi puerta, no supe que responder pues me limitaba a escuchar solo sus golpes contra eso que nos separaba. Me preparaba para soñar, para volar pensando en aquel día. Mientras alguien insistentemente tocaba esa puerta que con tanta ilusión abría. Yo cerraba mis ojos, y me dejaba caer de mi ventana, pensando que una vez… Pero solo una vez, el amor toco a mi puerta.


©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2013

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...