Ir al contenido principal

Punta y eje.

Estoy ahora mismo recostada en mi cama, preguntándome ¿por qué las personas no son felices con lo que tienen?, ¿Por qué les gusta hacer daño a los demás? Y entonces tan rápido como ligero, me lo respondí. Supe que la respuesta era indudable, y es claro que ese tipo de personas, no son felices con ellos mismos. Les falta la creatividad, se sienten bien si los demás están mal, porque así no se les ve tanto la cara de mediocridad con la que se visten todos los días. Yo soy todo lo contrario, yo dejo ser feliz a los demás, porque la felicidad me va y me viene y no me interesa. Sin embargo, me da un poco de curiosidad esas personas tan mediocres, tan tristes, tan enojonas, que se enfocan en dañar a los demás en vez de hacer progresar a su familia por uno mismo y no por quien este contigo. Podre asumir cualquier responsabilidad aun así me sienta que no es mi responsabilidad en ese momento. Pero la asumí sabiendo que van a pensar de mí que soy honrada, que soy alguien con quien puedan contar. No una persona la cual en momentos es feliz y en otros ya te odia, o en la mayoría del tiempo que me pase refugiada entre las personas, y que me defiendan, y que sientan q se identifican conmigo, mientras el hecho de ser como soy me hace abofetearte a tus espaldas y aun así, haciéndote sentir mal sin que lo sepas, yo no pueda ser feliz. Pobre de aquellos que creen que con humillar a alguien, están más alto que el cielo mismo, aunque la realidad sea que mientras más humillas a las personas más mediocre te ves y más bajo que el suelo es que verdaderamente estas.


©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2013

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...