Estoy
ahora mismo recostada en mi cama, preguntándome ¿por qué las personas no son felices
con lo que tienen?, ¿Por qué les gusta hacer daño a los demás? Y entonces tan rápido
como ligero, me lo respondí. Supe que la respuesta era indudable, y es claro
que ese tipo de personas, no son felices con ellos mismos. Les falta la
creatividad, se sienten bien si los demás están mal, porque así no se les ve
tanto la cara de mediocridad con la que se visten todos los días. Yo soy todo
lo contrario, yo dejo ser feliz a los demás, porque la felicidad me va y me
viene y no me interesa. Sin embargo, me da un poco de curiosidad esas personas
tan mediocres, tan tristes, tan enojonas, que se enfocan en dañar a los demás en
vez de hacer progresar a su familia por uno mismo y no por quien este contigo.
Podre asumir cualquier responsabilidad aun así me sienta que no es mi responsabilidad
en ese momento. Pero la asumí sabiendo que van a pensar de mí que soy honrada,
que soy alguien con quien puedan contar. No una persona la cual en momentos es
feliz y en otros ya te odia, o en la mayoría del tiempo que me pase refugiada
entre las personas, y que me defiendan, y que sientan q se identifican conmigo,
mientras el hecho de ser como soy me hace abofetearte a tus espaldas y aun así,
haciéndote sentir mal sin que lo sepas, yo no pueda ser feliz. Pobre de
aquellos que creen que con humillar a alguien, están más alto que el cielo
mismo, aunque la realidad sea que mientras más humillas a las personas más
mediocre te ves y más bajo que el suelo es que verdaderamente estas.
©Derechos
de autor, Sheila Rosa Castro – 2013
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