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Vida Maternal.


Me encuentro en el pasillo de un hospital. Moribunda y casi sin aire, miro a los demás con indiferencia, con enojo. “ellos no entienden como me siento” Así pensaba yo. Aunque sinceramente, pienso que cada uno pensaba lo mismo de mí y de los demás. He pasado todo este tiempo en la deriva de si seré buena madre o no. Pienso mientras paso la mitad de mi embarazo en un cuarto con instrumentos, una TV casi sin color, un frio que cualquiera diría que me daría hipotermia, unas enfermeras que vienen y van, y mis ganas de llorar a chorros aguantadas. Pienso mucho. De hecho he pensado demasiado. Pienso en como será mi hija, en si estará bien. Pienso en el momento del parto, de tan solo pensar me siento nerviosa. He pasado todo este tiempo de comentarios en comentarios. ¿Por qué será que cuando dices que esperas un bebe, todos preguntan quien es el padre? ¿Por qué cuando saben que serás madre, todos especulan de que tendrás? Luego te hablan de esos tontos mitos en los cuales la mayoría cree, menos tú. Te dicen que si vomitas demasiado, tu bebe saldrá peludo, que si te sale la línea de la panza hasta el ombligo es nene, y si te sale la línea de la panza hasta mas allá del ombligo es nena. Según las personas, si no se deja ver el sexo en el “songrama”, entonces tu bebe es una nena. Se te pasan diciendo, que por mas que te duela la panza no te puedes sobar porque el bebe nace engreído. Luego te cuentan ellos, su experiencia en su embarazo, como para que no te sientas mal, y pienses que lo que te pasa no es porque Dios te odia, si no por que es una situación normal por la que toda mujer pasa.
 Luego viene la parte en que todo mundo se cree farmacéutico, o doctor. Si te duele la cabeza, te da acidez, o si tan solo bostezaste y cuando cerraste la boca te mordiste la lengua, ya alguien tiene algo que recomendarte. Te recomiendan beber té para el estreñimiento, beber leche para la acidez, comer galletas de soda para las nauseas, Y otras cuantas cosas mas que quizás a cada uno que lo recomienda le funciona. Pero lo que no saben es que no me funciona a mí. He estado tantas veces en este hospital, que se cada receta natural, cada anécdota, cada pregunta de memoria. Y aun así, solo me importa pensar en esa pregunta que tanto me hecho, mientras todos hablan y hablan sobre sus cosas. ¿Seré buena madre? Me refiero a que, todos han querido vivir mi embarazo tanto, que no me han dejado vivir esta experiencia a mí. A quien de verdad merece vivirla. Entiendo la emoción de muchos. Pero no entiendo la mía. Aunque les confieso que, la primera vez que sentí a mi hija patear, casi se me salen las lagrimas. Tenia tanto susto y tanta felicidad a la vez, que no sabia si llorar o que hacer. Mi obsesión por un hijo del hombre que amo, me ha llevado muy lejos. Primero me abarcaba el miedo a perderlo, luego esas ansias tan grandes de querer que nazca, y ahora… Ahora solo me interesa que este bien. No me importa nada más, ni las anécdotas, ni las recomendaciones de los de más. Solo me interesa que nazca sana. ¿Sera que, en realidad si seré buena madre? ¡PUES SI! Lo seré. Confío en mi capacidad para ser una gran persona (Aunque los demás siempre tengan en mente que te falta por madurar) Ya luego les contare como me fue en el parto. Solo quedan dos meses, y muero de ansias al pensar que en cualquier momento tendré a mi espejo en frente.

©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012


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