Puedo
quedar con alguien para cenar, y a última hora arrepentirme. Podría tener una
entrevista de trabajo y no saber cómo llegar. Que se me haga difícil entrar en
una discusión política o religiosa. Pero nada más fácil que dejarte de
suspirar. Nada más fácil que verte caer en un dos por tres, nada más fácil que
desearte la muerte en pleno San Valentín. Se me hizo fácil acogerme a la quinta
enmienda, robarme todos esos insultos de tu parte y sobre todo, ganarme ese
odio inmenso de ti. Se me hace mucho más fácil sonreír. Si vieras esta sonrisa morirías
de tanta rabia que te produciría. Me pondrías las manos encima, y luego como de
costumbre te echarías a llorar. Irías corriendo hacia la casa de tus padres, y
luego tomarías una decisión dependiendo de lo que opinen los demás. “¿Que importa
si amo o no amo?” así estarías tu diciéndote dentro de tu cabezota tonta. “Si
papa y mama deciden por mí.” Con pena ajena entiendo que debe ser muy triste tu
caso. Pero aun así se me ha hecho fácil sobrevivir, tener mis sueños en fila,
caminar como si no hubiese piedras, se me ha hecho tan fácil dejarte morir. Con
ansias he esperado el momento en el que me pidas disculpas, aunque sea cierto
que te las debo pedir yo a ti. Pero ya sabes, una mujer jamás se equivoca. Y
aunque me equivoque cientos de veces, la disculpa no me tocaría a mí. Se me ha
hecho tan fácil desprenderme de lo que te robado, esconder los pocos recuerdos
que quedan de ti, entenderte aunque no quisiera, y sobre todo se me hizo tan
pero tan fácil olvidarme de ti.
©Derechos
de autor, Sheila Rosa Castro – 2012
Jajajaja que pendeja jaja! Probablemente ese hombre esta mucho mejor que usted ps! XD
ResponderEliminar