Ir al contenido principal

Masoquista.



Recordar duele, y tengo tanto adentro que por esta vez tendré que ser masoquista. Sus besos, sus abrazos, el dormir a su lado, eso me hace única y lo hace único, solo por estar ahí. Sin embargo, siento dolor al despertar y ver toda la realidad. Ver que es duro sobre llevar todo a cuestas, ignorando a la otra parte del mundo que te quiere ver tropezar. Creo que he sido una masoquista. He vuelto con quien amo, pero a quien odie. Cada te amo, cada mirada, hace brotar una lagrima de mis ojos. Soy tan feliz, que me da tristeza serlo. Y aun así esa felicidad sea más que cualquier otra cosa, mis ojos no dejan de llorar. Algo quieren decirme, algo necesitan de mí. Si tan solo pudiese entenderlos. Pero no puedo. Es mas el no quiero al no puedo, no quiero tener que saber que es lo que lamentan esos ojos llorosos. No quisiera pasar por ese momento lamentable, y tener que darles una explicación de donde y con quien estoy. Tener que explicarles, que ese celaje poco romántico en el que estuve solo fue un morboso espejismo. Ni la mitad de un paisaje, podría llegarle a lo que por hoy siento dentro de todo este cuerpo. Cualquiera podrá especular, y comentar, cualquiera. Pero pocos saben cuando una mujer es feliz con certeza, cuando finge y cuando de corazón se va y aun así regresa. Creo que soy masoquista. Empujo a mi cuerpo a aceptar lo que nunca se fue. Los echo a morir en ese cuerpo que alguna vez extrañaron, y les hago darse cuenta, que el error fue otro y no lo que ambos pensábamos. Y hablándose de esos dos, esos dos llamados “corazón y razón” Los que una vez se unieron para hacerme la vida imposible. A los que no escuche pero si perseguí como perrita faldera detrás de su dueño. Termine en el mejor hueco que me podían dejar. Termine teniendo lo que al fin deseaba, pero alguna vez tuve que ignorar. Soy masoquista ¿que diablos esperan? Soy masoquista, ya esta aceptada toda culpabilidad. Soy masoquista, solo échenme la culpa y ya.


©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...