Ir al contenido principal

¿Qué hacer?


Me enfoque tanto en vivir el aquí y el ahora, que se me olvido borrar ese después al que tanto le temía. Odie tanto las decisiones de un sentimiento puro, y decidí enfocarme en mi razón de existir. Aplaudía tanto a ese corazón, lo dejaba decidir, y ¿como me pago? Abandonándome cuando ya me sentía muerta y podrida. Menos mal que los humanos nos sabemos reponer con el tiempo. Sea corto o sea lento, el tiempo sigue siendo eso, un pedazo de arena, al cual le rendimos la espera. La razón me dio tantas razones para creerle. Me dio seguridad, me hizo dudar de mis sentimientos, me hizo desconfiar. Tengo una vida. Todos felices, todos contentos con mi decisión. ¿Y yo que? Ahogada entre las sabanas, con quien alguna vez mi corazón escogió. Entonces eso en que algún momento hable, sobre el corazón y la razón, ya no sirve. Nada de lo que he dicho funciona para mí. Para cualquiera si, pero para mi son tonterías. Un alma descarrilada no se ayuda a si misma. Hoy duermo en otros brazos y mañana, en otra piel. Y aun así, mi corazón es mas fuerte, pero a su misma vez, esta a punto de fallecer. De caer al suelo e irse corriendo. Porque no puede entender que… No puede entender que la razón pudo conmigo solo por esta vez. Y que mi felicidad siendo mi corazón, siendo con quien me acuesto a diario sin sospechas, tendrá que esperar, por mas deseo que le tenga a ese sentimiento reprimido. ¿Mientras, que? ¿Ahogo mis penas en un cuerpo al que sencillamente no amo? ¿Me dejo caer, mientras otros viven mi vida a su manera, y deciden por mí? Necesito una señal de vida, necesito sentir que mi corazón late una vez más, que me enseñe a como dejar plantados a quienes quieren de mí, una vida porquería.


©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...