Ir al contenido principal

Multitud.


Multitudes… odio las multitudes. La presencia de alguien que sabes que no conoces. Sin embargo tiene el atrevimiento de querer saber tu vida en un parpadeo. No hablo de las multitudes comunes. Hablo de las personas entrometidas, del humano particular. De hecho, hablo del humano que vive en esta tierra. Así que si, hablo de una multitud en general. ¿Porque nos enfocamos en querer meternos en la vida de los demás? Podemos estar en un parque, un autobús, en el carro en pleno estanque de vehículos, en las oficinas municipales, hasta en la iglesia. Y la reacción de alguien que pretende meterse en tu vida, siempre será la misma. Es usual que uno se moleste cuando camina por la calle, y un hombre le pita, o le tira piropos, o sea enserio. ¿Tan ineptos son los hombres que usualmente tienden a tener gríngolas y no ven una mujer, salvo al día en que se la quitan y ahí se vuelven locos? Porque les digo una cosa, no hay nada más asqueroso, que ver a un hombre desnucarse y llevarse el cuello por ligar a una mujer. Luego viene el momento de montarse en un autobús. Entras, te sientas, y en ese mismo instante en el cual caminas desde la puerta a tu asiento, ya todo el mundo te puso una cinta en la frente con un apodo, sin conocerte. Luego te sientas y notas que al frente de ti, tienes a mas o menos tres personas enfocándose en como vistes, en como te ves, en simplemente como eres al exterior. Entonces en tu mente ya sabes que esa persona, se imagina tu vida de pies a cabeza, con solo quedarse mirando. Luego tratas de disimular, y mirar hacia otra parte, pero recuerdas que olvidaste tu par de gafas en tu casa, entonces no te las puedes poner e ignorar el mundo exterior por al menos todo el recorrido hasta tu parada. Intentas probando un poco de cinismo, y te quedas observando a esa persona para ver si se le ofrece algo. La miras, la miras, y nada. Vociferas en voz baja, pero a su misma vez sabes que te escucharan, y aun así, nada. Tu ultima esperanza es, que esa persona que tanto quiere meterse en tu vida se baje del autobús primero que tu, pero resulta que no lo hace. Y aun así, no fuese una multitud la cual te esta mirando, uno se vuelve paranoico pensando en que lo es. Y es que no hay cosa más dolorosa, que pretender mirar tu vida, en los ojos de alguien más. Pretender verte de esa manera que tanto criticas, y pensar en como hubiese sido. O al menos, pretender quedarte encerrado en tu mundo y tu época, y no aceptar la moda, estilos, o diario vivir de cada persona. A mi las multitudes me apestan. Usualmente me apesta la vida normal, pero cuando se trata de multitudes así, suelo encerrarme en un domo creado por mi imaginación, saco mi caña, y me voy a pescar. Trato de exfoliar mis pies, de alaciarme el cabello, o sea trato de pensar en que en este mundito tan inepto en donde estamos, solo existo yo. Que mi moda es la única. Que mi vida no es controlada por unos ojos enfurecidos. Que simplemente soy feliz sabiendo que como vivo yo, es como se debe vivir.

©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...