Ir al contenido principal

Extraño sentimiento 2… (1/3)


Es muy difícil acoplarse a algo que ya no está, sin embargo es más difícil acoplarse a algo que sigue presente y ya no es como solía ser. Notaran que en ocasiones mis palabras puedan diluirse al pasar la época del olvido, pero aun así no desaparecerán, porque aun no hay olvido en mi cabeza, y aun no hay manera de poder sacar lo que está en mi, y lo que alguna vez fue de mi pertenencia.  Suelo sentarme en el banco del llanto desde que me fui, desde que me echaron. Veo bajar cada lágrima por una mejilla llena de sucio, un rostro lleno de tristeza y mis ojos llenos de decepción. Cada gota en mi cuerpo anunciaba la llegada de un mes más, una razón más para mirarme y saber que volví a ser la misma de antes. Sin sentido, sin una visión. Y es que no se podía esperar más de aquel hombre elegante, ya saben lo que dicen de esos tipos de hombre, son tan seguros, que su misma seguridad causa inseguridad dentro de cada palabra. Se sienten poderosos con sus relojes caros, y su ropa de Armani, sienten que tienen el mundo a sus pies, y que gira mientras caminan encima de él. Pero solo quien esté pasando por lo que yo, sabrá como lidiar con ello. Los hombres así no solo se encargan de humillar, también suelen tener varias amantes, una cada mes, una en cada instante… Yo… yo fui la del noveno mes. Nueve meses después de haber tenido éxito lo conocí. No era un tipo común, no. Él era increíble, nadie podía decirle que no, nadie podría decirle algo que no quisiera escuchar. Me aventure, me aventure con un hombre al que le gustaba apostar. Empezamos apostando una cerveza, y luego termine en su auto. El conducía mientras yo me desvestía, pensando en que sería una noche maravillosa. Pero él no era común, llegamos al callejón en donde ambos sentíamos miedo. Comencé a dudar sobre el rumbo incierto que teníamos, pensé que iríamos a su casa, y luego fue ahí donde lo note, me he confundido, me tope con el hombre equivocado. Me tope con el hombre elegante que recoge mujerzuelas y las deja muertas en la calle. Me aventure hasta morir, me aventure a apostar, y he apostado mi vida. Aun sigue escondido en aquel cajón, y mientras esté viva seguirá en su mismo sitio… acuérdenme antes de morir abrirlo, para así desechar lo que una vez fuese de mi poder… Que malos recuerdos aquellos, como sentía el vaivén de cada problema, uno se iba y al rato llegaba uno nuevo, con una nueva perspectiva, y un gran sufrimiento.
©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...