Ir al contenido principal

Derecho a amar, no tiene derecho a vivir. (Día #16)


Sé que me lees, porque yo misma me he encargado de enviarte mis cartas. Esas cartas que por muy pocas valen mucho. Sé que me extrañas porque yo te extraño igual, aun así para mi no dejas de ser un extraño. Se nos hizo tarde temprano. Este inmenso frió nos lanzo al abrazo, nos lanzo al calor que no podíamos evitar. Que perdure lo que perdure, no me importa. Lo que me importa será la despedida al momento de alejarnos, y saber que nuevamente te iras. Y sé que no te vas en serio. Pero es a lo que temo. A que un día despierte y no te tenga a mi lado. A que cuando cierre mis ojos no te vuelva a mirar. Temo a poder ser la única palabra que brote tus labios, temo a que me ames, porque para mi es mas difícil el amor, con sus ataduras mortales. Quisiera morir para no sentir más esto. Quisiera morir para no tener que verte partir una vez más. Quisiera cerrar los ojos, pero seria imperfecto. Si los cierro te encerrare en este sueño, te haré cómplice de mi despecho, te dibujare como a un muñeco, y jamás te podrás escapar. Pero si te encierro quedas dentro. Si te encierro no te podrás ir jamás. Así que, ¿que escogeré? Aun no lo se. Tu felicidad, o la mía, sin importarme la mía, escojo la felicidad de alguien mas, agarro mi daga y la entierro en tu pecho. En ese pecho que alguna vez deje mis sueños flotar. Soy feliz… He matado el amor que te consumía, He desprendido de ti el corazón que con tanto esfuerzo latía, y lo he tirado al mar. No soy yo quien para dejarte morir,  Es por eso que he cocido tu pecho con una roca dentro, para al menos tener sentimientos secos, y corazón de piedra. Tienes que entender, que para mi es difícil tu partida, es por eso que prefiero tener toda tu vida, a que me dejes sola, en esta amarga e injusta vida sombría.
                    ©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...