Ir al contenido principal

Daños en la piel… (1/5)



Esta noche duermo sola. Me acompañan como de costumbre mis almohadas, mis sabanas y mi colchón. Lo he dejado, y aun así, aun así repito en mi mente las mismas palabras que alguna vez fueron de el “Podrás irte a donde quieras, y besar a quien sea, pero al final, al final tu seguirás siendo mía”
Digo lo que fue y lo que se me pegue la gana. Digo lo conveniente, y lo que no jamás lo digo. No es necesario hablar si por gestos nos hemos aprendido a comunicar. Gestos como este (ensenando un golpe en su rostro) Jamás sabrán, lo que una mujer siente en ese momento, a menos que sean rígida como sus golpes, como sus sentimientos. Ya me canse de correr, y mírenme, aquí estoy en un cuarto de hotel, sin que él sepa dónde encontrarme. Pienso que he ganado más que la batalla, he ganado más que mi orgullo, he ganado libertad, una dulce libertad. Pero estoy obligada a callar. Estoy obligada a quedarme en el mismo lugar en donde él me encontró. Que estúpida, permito que me pegue, permito que me toque con rudeza, y aun así, aun así sabiendo que está mal, siento firmeza en el. Siento seguridad. He dejado de ser yo, he empezado a ser otra. Y lo mas que me duele es, que aun para mi, el sigue siendo mi fuerza natural. Ya no me quedan ganas de batallar. Ya no me quedan ganas de poder defenderme. Que dolor… Que dolor siento al ver como me trata, que dolor siento al sentir su voz impregnada en mi cuerpo. Que dolor siento al verme tirada en el suelo, y no poder hacer nada. Dios… ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué me haces esto? ¿Que no entiendes que lo amo? ¿No entiendes que él puede cambiar? (suena el teléfono) “Diga… Si esa soy yo, ¿Qué necesita?... Si… entiendo… ¿Hace cuanto sucedió eso?... Enseguida voy para allá.” Lo dije muchas veces, y lo volveré a repetir… Jamás podría ser feliz, si quien me arruino mi vida, sigue estando aquí… (Llamando a su amiga) “Lo he hecho bien… Lo he hecho bien patricia… Por fin seré feliz… Por fin tendré mi propia vida…” Señoras y señores. He matado al amor de mi vida… Por fin podremos vivir felices y en paz para siempre… Nos vemos en el infierno cariño. (Con un revolver, se apunta en la nuca, y se da un tiro.)

©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...