Ir al contenido principal

Contra la corriente. (Día #20)




Dios… Si es cierto que existes… Sácame de este amorío, porque terminare muerta antes de poder saber, que pasara con mi destino. Enciéndeme bajo las llamas del infierno si es necesario, pero hazme entender este horrible calvario. Solo me queda rezar con tanta hipocresía, y escribir… escribir hasta que mis manos queden rojas de tanta sangre en mis golpes. No me queda más que escribir y desahogarme bajo esas perversas tinieblas. De esas tinieblas a la que las palabras en algún momento pueden ser usadas en tu contra, a la que cada oración promueve la guerra por completa, y el amor a medias. Dios… ya no se como pedírtelo. Entiende que mi corazón no puede estar dividido. Entiende que mi alma es solo una, mi vida es solo una. Que injusto es el tiempo, cuando se pierde, y cuando esta de más, siempre termina como un espejismo. Siendo nada. Ya el tiempo no me puede ayudar. Ya las lágrimas se niegan a seguir saliendo. El dolor se encierra en cada hoyo de mi cuerpo, y mi mente, ya no deja de pensar. Siento que mi destino es estar entremedio de dos, quizás sin escoger a ninguno, quizás sin que ninguno me escoja a mí. Quizás dejándolos solos, y partir… pero corriendo, sin detenerme, sin rumbo, sin hacia donde mirar, solo correr… Correr hasta que no pueda mas y me de cuenta, que a uno de los dos, he dejado atrás. A uno, que por mucho tiempo que pase, por mas oportunidades que se de, siempre quedara en la mente, que de el jamás podre escapar.
                                       
©Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma