¡Ustedes son unos ineptos! Ya sabía yo que esta familia a mi no me daría nada. Me han matado más de lo que me deberían de amar, y aun así sigo como buena tonta detrás de los demás. No me importa nadie. Hoy es el día de mi boda. Hoy es mi día. No merezco llorar. Díganme, ¿qué es lo que están esperando que haga? ¿Qué es lo que desean que piense? Si ando matando a mi futuro esposo en cada estrofa que me amarra. Las palabras se apoderan de mí. Es como si nadie existiese, como si mi mente dejara de funcionar, y mis pies se desbalanceen. ¿Acaso debo estar preparada para lo peor? ¿Acaso, debo pensar que no seremos felices? ¿Qué es lo que hay detrás del matrimonio? ¿Por qué odian tanto estar juntos el uno con el otro? No pido que me hagan entender su situación, pido que entiendan la mía, la nuestra. Que entiendan cada paso que doy. Esta noche dejare de estar vacía. Esta noche tendré mi propio nombre, una dulce melodía. Alguna vez mis manos explicaron sentirme llena de hipocresía pero no. No comprenden mi osadía. Jamás entenderían a una mujer, jamás llegarían a pensar que es fuerte. Pero déjenme decirles que… Soy más inmortal que todos ustedes. Aquí estoy, esperando a mi carroza hecha de calabaza. Queriendo tener a mi Ada madrina conmigo en el día de hoy. Ando esperando a mi príncipe, al amor de mi vida. Con el que seré feliz por un tiempo muerto, un tiempo indeterminado. Aquí estoy, como una niña esperando a que ese fiel caballero me ponga el zapato de cristal. Soñando con el velo entre mi rostro y el desfile entremedio de todos mis admiradores. Si. Hoy quiero que todos quieran ser como yo. Que sueñen que soy ella y que ella sueñe querer tener mi presencia. Entiendan, no se trata de mí. Se trata de nosotros dos. Un conjunto de emociones, un puñado de deseos incontrolables, un amor de corazón. No se trata de solo un beso, se trata de los besos inexplicables que existirán, el beso de disculpa, el beso con enojo, el beso con excitación mortal. No somos inmorales, somos enamorados queriendo ser normales, pero jamás seremos así, porque aquel que se enamora, comete situaciones que llegan a lo anormal. Los dejo con un llanto sincero, un llanto lleno de alegría, sintiendo menos que vacía, sintiéndome enamorada de mi vida. Enamorada de quien soy, enamorada del que alguna vez odie con tanto amor.
© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012
Comentarios
Publicar un comentario