Ir al contenido principal

Ignorancia matrimonial.



Ese sentido de pertenencia que te abarca tanto en la piel como en cosas materiales, es lo que hace fallar como pareja, como persona, como individuo. Ese sentido de pertenencia es lo que poco a poco nos separara del pedestal que en algún momento quisieras estar. Siento mucho tener que decir que no existe pedestal alguno, si deja de existir la pertenencia en la que te ahogas a diario. No hay sentido del tacto, si no hay placer. No hay olfato si no hay fragancias a tu merced. Ya no habrá sentido de pertenencia alguna que este en tu poder. Ya no habrán momentos en los cuales se pelee por algo insignificante, para luego darse cuenta que a la hora de la verdad las cosas nuestras, se quedan nuestras. No hay que apurarnos, mi actitud pasa de sincera a hipócrita en un dos por tres. Dejare que sueñes con eso que te atormenta mientras me rio a tus espaldas. Ya sabes, de lo que más temes y jamás te atreves a hablar. Dejare de hablar, mientras quedas con tu posesión estúpida de objetos desanimados y pocos realistas para tu diario vivir, mientras otro más se toma la brillante idea de tener un acuerdo prenupcial. ¿Por qué nadie me hablo sobre el desempeño matrimonial? ¿Por qué nadie me hablo sobre la pertenencia no colectiva? ¿Por qué nadie nunca habla sobre la felicidad? ¿Y porque, nadie habla sobre las charlas preventivas? Quiero que lo mío sea tuyo y lo tuyo del vecino. Si. Por que a estas alturas ya lo tuyo no me importa, ni me tendrá que importar. Quédate con tus cosas, se mediocre, se imbécil, se ignorante, quédate con esa ignorancia matrimonial.
                         © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2012


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...