Todos los días sueño con un mañana sueño
con una vida llena de amor, y de pureza. Soy de las que sueña con querer ser
feliz por completo, por querer reír al acostarme y al despertar, soy todos en
uno, y uno en todos, soy yo la herramienta de todo manjar, soy yo quien se
dispone a criticar su reflejo, a delegar lo injusto entre lo justo, y entre
todo mi pensar. Soy yo, solo yo, la única quien puede abrir los brazos para
juzgarme, la única que puede sentir el rechazo propio sin ver el de los demás,
porque a veces y solo a veces me importo yo, sin importar las otras caras, sin
importar la deliciosa amargura en la que muchos se sienten envueltos cada día
sin pegar ojo, sin soltar esa soga donde se arriman.
Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.
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