Ir al contenido principal

Cabizbaja


Me encontraba bajo sus cálidas sabanas, mientras su lengua rozaba mi pecho, y sus dedos conocían mi zona rural. Pareciese como si hace años no nos encontráramos. El sudor era algo más que salado, tenía sabor a deseo. Sus gemidos eran algo más que sonidos, eran melodías. Nos movíamos como la marea, de afuera hacia adentro y viceversa. Era una noche de magia, era perfecto. Al terminar, cada mirada se hacía lejos, cada caricia se dejaba de sentir, poco faltaba para voltearme y ver el dinero encima de la mesita de noche. Y ahí fue cuando entendí, que no hacía falta cercar mis labios para decir un “te amo”. Mi piel lo había hecho todo, mis manos hablaron por mí. Mi cuerpo expreso lo que sentía, sin embargo no lo que pensaba. Nunca se piensa, en esos momentos jamás me verías pensar. Es por eso que mis labios brotaron un “te amo” inconcluso al final de aquella noche pasada, sin recibir respuesta alguna. Qué momento tan horrible, expresarte de esa manera y recibir un nada, ni siquiera una mirada, solo un nada. Pero hoy, hoy es caso aparte. Hoy no hablo yo, hoy habla el viento, hoy habla el reencuentro de dos almas de ambulantes. No hay arrepentimientos, no siento vergüenza ajena. Solo siento al cerrar mis ojos, tu amor a manos llenas. Quisiera volver a verte, acariciar tu dulce piel una vez más. Pero sería mucho pedir, aun así me hayas acostumbrado a terminar en tus brazos, aun pasen años con este deseo secreto y una mirada desierta, tratare, tratare irme lejos de ti.

                         © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...