Ir al contenido principal

Ya no sé nada…


Aquí estoy, tratando de curar la apuñalada en mi corazón, tratando de quitarme ese amargo dolor. Con mi pecho hecho moho, con mis venas hechas leña, y mis manos en metal. Ya no siento, ya no quiero sentir, no quiero tener nada que ver con el verbo existir. Si existieses sería más fácil, pero la existencia es inminente ante el llanto, las gotas, la lluvia, y aquel colibrí. Si existir fuese lo único que me mantiene. Si mantenerme fuese lo único que necesite para existir. Si mi necesidad fuese la existencia misma, mantendría a mi corazón lejos, antes de que empiece a sufrir. Pero eso es imposible. Lo es para ti, lo es para mí. Aun retrocedamos el tiempo, y lleguemos a ese momento, nada cambiaria, yo me moriría, y aun así dejaría de existir. Ya no es en mí en quien me preocupo, ya no es en mí en quien suelo pensar. Solo pienso en los sentimientos que deje al borde de aquel muro, en el que tú ni yo pasamos, en el que tú y yo jamás pensamos pasar. No entiendo, no lo comprendo, porque después de tanto regresas con la mente tan abierta. Confundes mi cerebro, confundes todo lo que toco, todo lo que digo. No me hace falta tenerte cerca una vez más, ya no siento tener que tenerte, ya no siento tener que verte, ya no quiero tener que pensar que soy tuya, aun así mi mente piense lo contrario, y mi subconsciente se canse de gritar.

© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...