Ir al contenido principal

Mente controladora…


Quemare todo, todo que me recuerde a ti... Entonces me quemare también, mis labios, mi piel... me quemare por completo, me quemare para olvidar... De mi boca no saldrá tu nombre, mis labios no volverán a hablar. Hoy es el día después, del día en donde dejaste de ser de mi pertenencia, y si aun así no fuiste de mi pertenencia, sentí que lo eras, pues no falto unir piel con piel para notar que es en mí a quien deseas. Estoy seca, siento llorar polvo, siento tocar cenizas, siento ser nada. Adopción, adopción de actitudes involuntarias son las que te identifican como persona. Adopción de una mente impropia, de un vaivén de ideas descabelladas. O eres tú, o no es nadie. Así, repetía, tu subconsciente, haciéndote ver tonto al lado de la idea misma, al lado de la realidad. Mientras acoplabas los hechos con lo apecho, y tu risa se burlaba de tu caminar. No aceptas la realidad. No aceptas lo importante, siempre fuiste un ignorante, aun así tu mente dejara de maltratarse con tanto pensamiento, con tanto resentimiento, con tan poca cordura, y esas ganas torpes de amar. Te amarras a la idea de que eres tú el elegido, sin darte cuenta que el elegido ya está. No entiendes ver el problema, a menos que creas que el problema no tiene que ver contigo, ni con el verbo “amar”. No se puede amar a dos, no al menos en un trío, si quieres invita a un cuarto, y nos vamos al cuarto a quitarnos el frio. Sería la única manera correcta de ser infiel, y la única manera correcta de que me lleve el rio.


        © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi...

Este amor.

Hacía tiempo ya, que no sentía algo semejante. Era cuestión de tiempo, para sentirme sola una vez más. Pero esta vez no fue así, fue muy distinto. Me llenaste por completo. Me ahogaste en ese mar de seducción al que tú solamente sabes escapar. Este amor es enfermizo, la locura ya no cabe en mí ser, los espectros entran y salen de mi cuerpo. Me siento poseída, me siento agotada, pero a nada de eso le doy importancia. Este amor es un amor que abacora, un amor que asfixia en esta tranvía loca, a la cual me llevas. Siento como el veneno recorre todo mi ser, como me voy quedando sin aliento, sin al menos poder pensar en lo que está sucediendo. Este amor tan loco me está matando, me está hiriendo cada día más, simplemente me está gustando. ¿Todavía quieres seguir? Atormentándonos en esto tan puro e imparable. ¿Deseas detenerte, o nos abarcamos en esta aventura loca? Voto por que me tengas en esta pesadilla por el resto de mis días. Que me atormentes, que me encierres para jamás ver l...