Ir al contenido principal

Un Nuevo amanecer comienza…



Hay que dejarlo ir. Eso es lo que repito cada uno de mis días desde la última vez en que fui tratada con cariño por sus tiernas manos. Deseo tanto estar con él, que prefiero verlo irse. He encontrado algo en mi camino, pensando que jamás encontraría nada semejante a eso. Pero es aun mejor que lo que ya tuve alguna vez en mi poder. Me refugio en mis lamentos, en mis miedos, y siento que no soy capaz de poder cuidar aquella cosa que se topo en mi camino. Pero es un nuevo comienzo, un nuevo amanecer, para mí y para quien este a mi lado. Tanto luchar nadando, para luego morirme en la orilla. Pero aun así, me rescataron, a punto de que mi alma pasara a mejor vida. A punto de que mi cuerpo cambiara su temperatura, ahí llego una vez mas lo que pensé que jamás volvería a mi vida. Lo más triste de todo esto es, que cuando noto mi felicidad, noto que estoy cerca de por fin dedicarme a lo nuevo, ser completamente suya, ahí vuelve lo que una vez fue mío. Pidiendo explicaciones, pidiendo un trozo de lo que por derecho ya no le corresponde. Me deje abrumar por días, meses, y hasta años, pero eso cambio, no lo dejaba ir, porque somos humanos, y tendemos a dar el beneficio de la duda más de una vez. Decimos que esta vez será la última, y cuando nos ocurre, queremos otra oportunidad más. No pude seguir así, no podía hacérselo a él y mucho menos a mí. Ambos merecemos encontrar nuestro camino, aun no he encontrado el mío. Pero encontré algo que hará que mi camino se vea claramente al pasar el tiempo. He llorado noche tras noche, por un amor que jamás pudo demostrarme lo que ahora suelo ver estando con la piedra que encontré en aquel camino.

© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...