Tengo en un cajón de mi cuarto algo muy preciado, sueño todas las noches con él, cuando no lo tengo siento estar vacía. Me levanto con ganas de observarlo, tocarlo y sentir como es. Lo que muchos no han podido hacer por mí, siento que eso lo ha hecho todo, en solo unos minutos. No hay que ser preciso en cómo te hace sentir, porque ya con rosarlo en tu cuerpo sientes como se expresa. Es verdad, no es lo mismo un cajón lleno de objetos a unas manos y un cuerpo tibio, pero aun así me hace llegar más rápido a la felicidad, a contar ovejitas, a ver las estrellas. De todos los colores se pinta mi cuarto al momento de sentirlo una vez más. Lo bueno de tenerte cerca, es que siento tu poder en mi piel, lo malo de tenerte es que no puedo escuchar tus gemidos de placer y solo escucho los míos. Pero aun así eres obsesionante, eres mi mejor amigo. Sabes lo que me gusta, encuentras la manera de siempre hacerme sentir bien. No discutes, me entiendes siempre, no te levantas de mal humor, y no miras a otras mujeres, me miras a mí, a lo que quieres. Cuanto te deseo objeto precioso, cuanto quisiera que estuvieses aquí. Siento que te he reemplazado por otro, siento que me he dejado morir, en los brazos de alguien con carne y huesos en su cuerpo. Corro hacia el cuarto con ansias de encontrarte, y una vez más veo que sigues ahí. Cualquiera ya se hubiese marchado, no hubiera esperado por mí. Pero tú, tu si deseas tenerme, así como deseo tenerte a ti. No estaría nada mal serle infiel a él contigo. Que nadie nos observe mientras lo hacemos una vez más, que nadie se entere de lo que haremos, este será nuestro secreto. Solo tú, solo yo, un secreto tuyo y mío. Eres un objeto obsesionante, poderoso y sombrío, pero lo mejor de todo, es que eres solo mío.
© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011
Jajaja! Loca! Me Gusta!! :p
ResponderEliminarhhahahahahahhahah tu sabes pensando en el amigo de cada mujer xD
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