Ir al contenido principal

Asfixie…

Abro la puerta, y sin duda alguna sigues ahí. Postrado en esa cama, esperándome. Sonrío porque me gustas, y quisiera tenerte toda mi vida. Siento tu calor y noto tus ojos con un brillo que contempla un gran día. Todo se torna monótono, enciendo la radio para hacer diferencia en el ambiente, pero aun así nuestras caras siguen siendo la misma. Cerraremos las persianas para no notar la luz que proviene de ella. No creo que yo sea difícil de reconocer, mucho menos fácil de olvidar. Luego está la interrogante de quien soy, dejando saber todo. Una cabeza hueca podría tener más ideas que ambos, es porque además de tener nuestros cerebros secos, nos dejamos llevar sin darnos cuenta que nuestros pensamientos ya son polvo. Ya rozar tu piel en la mía no se siente igual desde hace días. El tiempo se nos acaba dejando caer cada gota de sudor al suelo, un suelo en el cual caminamos descalzos para así poder sentir al menos el frio proveniente de lo que alguna vez fue el lugar donde consumíamos nuestro pecado. ¿Cuán gemela puede ser tu alma si la mía está desierta? No hay un oasis que la salve, ni espejismo que se acerque a ella. La saliva suele zacear nuestros paladares, el aire en mis pulmones se torna lento, mi corazón se viste de un color negro y lleva consigo un gran dolor. Me desvanezco, caigo al suelo y muero. Aun sigues postrado en esa cama. Te veo, dándome cuenta que tuve que morir para saber que no velabas por mí, nunca velaste por nada, solo por ti y por la amargura de querer tener tu alma blanca

© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...