Triste soledad la que me abandona, pensé que nunca lo haría… Triste es mi destino, triste es mi osadía. Triste es aquel, que se deja entristecer. Triste estoy yo, triste esta él. ¿Por qué soledad se ha ido?, me ha abandonado, dejándose llevar por esa amarga magia a la que llaman tristeza, pero que magia tan maldita, tan llena de escoria, sentirla me atormenta, pero dejarla y ser feliz me mata, porque no es felicidad lo que busco, no, sino que vuelva aquella que una vez se fue. La que me acariciaba en las noches, cuando no había manto que me tocara. Quien único estuvo en mi, quien me apoyo en esos momentos tan delicados, tanto cariño siento por la soledad, que me cuesta vivir sin ella. Me he acostumbrado a verla con amor, con dulzura. Pero se ha ido, y con ella se fue mi vida, mi forma de ser. ¿Porque aun feliz, me siento tan amarga? Siento que falta un pedazo de mí. Que me han quitado algo indispensable para vivir, quizás para muchos la soledad es lo peor que pueda venir a sus vidas, pero yo, yo suelo añorarla cada noche, suelo llamarla con mi llanto sediento de compañía vacía. Si solo ves con tus ojos, entonces es fácil engañar. Es por eso que la soledad jamás me ha engañado, ni yo a ella, aunque la añore aunque la quiera aquí conmigo, siento que debo seguir, sin hacer paradas, sin sentir que volverá, pues a pesar de que la busque se que jamás regresara.
© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro - 2011
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