Ir al contenido principal

Ser o no ser, es parte de la incógnita...

A veces me pregunto si valió la pena haber existido, o si valió la pena no haberlo hecho. Y es que ya  no se qué vale más, si tu vida o la vida de uno mismo, pues la vida propia simboliza absolutamente todo lo que hemos hecho durante este largo y a la misma vez corto camino.  Que me corten la lengua para no decir más, podrían cortarla, y aun así fuese un hecho,  mis palabras saldrán de ese hueco llamado boca y se expresaran por si solas, dejando saber todo lo que habita dentro de mí. Fluye tan bien la sangre en el cuerpo, que ni la siento, como corre, como suele dar su trayectoria, sin importar nada más. Pero aun así, con el pensamiento de cuando dejaremos de ser lo que somos. Porque es que el cuerpo sabe más que la mente. Suelo nutrir la mente con la misma porción que intento nutrir al cuerpo, pero el cuerpo me pide más, desea más, y sobre todo espera más.  ¿Y es que acaso no es pecado esperar más de lo que puedes obtener?, pecado seria, no poder dar lo que exige. Mi mente y mi cuerpo no dan para más, tanto lucho y lucho y siento que estoy dejando el ser, lo que soy se va transformando, y lo que fui y seré ya no existe. Mi mente se llena de preguntas transformadas en hechos reales, los cuales suelo confundir para no verme obligada a debatir conmigo misma. Siento que el cuerpo sigue ganando, y mi razón de existir hace que mi mente deje de funcionar a su conveniencia, tan pobre que es la mente cuando dejas de usarla, mas te usa ella a ti, haciendo que pienses lo que no quieres, haciendo que tus sentidos se incorporen a tu cuerpo, te expriman todo el jugo de tu ser, te envuelvan en ese manto llamado piel y te despojen de todo aquello vivido, simplemente por ser como eres. Simplemente por querer ser. Simplemente porque ser o no ser, es parte de la incógnita.



 © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro - 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin daños a terceros. (Has llegado tarde)

Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este  quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuis...

Tiempo para cerveza.

Me encontraba a pasos de ti hace un tiempo atrás, tu ni cuenta te diste. Así como en muchas otras cosas lo hiciste. Pasamos tanto y nos dimos tan poco. Recuerdo que nos encontrabamos ahi… solos… finalmente solos. Pero que mucho nos costo estar en esa situación juntos. Y uno al lado de otro sin decir nada, y asi ibamos y nos dábamos cuenta de que estábamos bien, de que ese tormento no pasaría, de que solo fue una noche más en la que fue un malentendido. Supongo que eso pasaba por tu mente. Pero la mia parecia un tren a toda velocidad, sintiendo ese viento fuerte en la cara, como cuando alguien apenas abre la ventana del tren por donde viaja. Y te pega fuerte. Se mete por todo tu cuerpo y te hace sentir esa forma templada en que tu cuerpo se va convirtiendo. Yo quizas, viaje por mucho tiempo en ese momento. Mi mente se iba a volar, daba vueltas, hacia lo que fuese por no estar conmigo. Mientras te veía a ti tan feliz, intentando hacerlo otra vez… intentando ver si estoy bien con tu broma...