Yace más allá de las montanas, el amor infinito, el verdadero, el que jamás ha sido tocado. El que jamás ha sido manchado. Un amor hecho por dos desconocidos. Dos que apenas respiran. A uno le gusta el jazz, y a otro su melodía. Mas allá de las montañas existe el amor eterno, con el que muchos desean vivir. Al que muchos quisieran encontrarse. Un amor, que jamás debe ser mencionado, a pesar de que se piensa en ello todo el tiempo. Dos personas, que jamás serán felices juntas, porque jamás se han encontrado. Ambos saben que es amor, pero ambos saben que es imposible. Uno esperando una respuesta, otro esperando hacer la pregunta. Acoplándose cada cual a su ritmo. Dos amores, un destino. Dos preguntas, una sola contestación, de tres corazones, solo uno sobrevive. Mil noches, sin una luz. Tres primaveras sin sus flores perfumadas. Ya se acerca el día, ya todos lo presienten. Laten tres corazones a gran escala, taquicardia en uno, arritmia en otro, pero el último sin respuesta alguna. Sin poder despertar. A sus últimos minutos, da señal de vida. Un respiro comparado con su último aliento. Una última oportunidad. Tres individuos, una decisión. Dos enamorados, uno entre medio. Dos desconocidos, uno incompleto. Tres almas descarriladas esperando una sola solución.
© Derechos de autor, Sheila Rosa Castro – 2011
Comentarios
Publicar un comentario