Ir al contenido principal

Amor de verano



Más allá del horizonte, están los secretos más profundos de cada uno de nosotros. Un poco antes de la línea final, de la caminata eterna. Sedientos de amor, nos arrastramos en el fango, sucio e infectado. Una mirada tan transparente como el agua surge de lo más oscuro que puede haber, te guía con la luz proveniente de su centro, te envuelve y te hipnotiza. Ese calor tan maldito, que hace que mi cuerpo gotee agua por todo su trayecto. Un vapor inmenso hace que el respirar conflija  con mis destrezas para sobrevivir, pero gusta, atrae. Es algo orgásmico lo que hace que guste, esa sensación de cuando sientes que estas terminando, que ya ves que tus sentidos se activan, enfocas tu mirada hacia la luz infinita, hacia ese túnel oscuro. El cuerpo se enciende como estufa averiada, que solo da calor y más calor. Te hidratas con lo poco que tienes en tu boca. El último suspiro ya está cerca, tu último aliento. Pero con ese mismo último aliento quieres hablar, y solo se te ocurre decir que deseas más. Deseas alimentarte de por vida, aun así ya no sientas que la tengas. Por último la escena final, el desenlace, la culminación de esa escena tan agotadora. El beso final, el abrazo eterno. Dándote cuenta que se ha esfumado, que se ha ido, dándote cuenta que solo ha sido un amor 
de verano.


 © Derechos de autor, Sheila Rosa Castro - 2011

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amor a Distancia

Sintiendo que poco a poco nos vamos conociendo más, mi memoria se llena de tus recuerdos, de tu nombre. Y es tu nombre quien me hace sonreír, te reflejas en mi espejo, mas cuanto me encanta que te reflejes en el mi bello Narciso. Tan bello como el amor que siento por ti, tan rudo como las situaciones que a diario frecuentamos, pero nos amamos, nos adoramos. Tan clara que esta el agua, y puedo llegar a ver tu vida pasar por 10 inmensos segundos, los cuales me dejas sentir lo imposible que sería vivir sin el anhelo  de tenerte aquí. Vive, vive amor mío, sonríe, y vive, que por ti es por quien amare toda mi vida. Corre, corre como si jamás hubieras corrido, como un niño cuando aprende a caminar, explora como nunca antes jamás. Mi cielo, mi terciopelo, eres mi todo y a la misma vez eres mi nada, te siento tan cerca, pero la lejanía me agarra con su malvada garra. Lejos estas, y no me queda nada más que solo tu recuerdo, que solo un papel con el reflejo de lo que en algún momento fuiste.

La muerte de mi abuela.

Me encontraba en mi casa, acostada en el suelo y encima de una sábana lista para dormir. Cuando de repente empecé a llorar sin consuelo alguno. Me acordaba de cuando me dijeron que tenía cáncer. Me acordaba de cuando empecé a sentir cada estrago de esa enfermedad. Me sentía sin aire, sin esperanzas. Sentía miedo de dejar a los míos, o de que los míos se olvidaran de mí. Me esperance por segundos y me dije: ¡Tú puedes más que eso! Luego recordé, que era el ejemplo de mis hijos, y me propuse luchar hasta que el tiempo decidiera que hacer conmigo. Lloraba tanto y tanto, que peleaba con quien estuviese a mi lado. Me negaba a aceptar que en algún momento partiría de aquí. Estuve horas tirada en el suelo sin pensar en nada, salvo por el pensamiento de en qué rayos podía pensar. Me quede dormida de tan cansada que me dejo la lucha con mis sentimientos. Y cuando desperté todo había pasado. Me levante confundida, desorientada. Me prepare algo de comer y al mínimo segundo de haber terminado, mi

Enojo

Enojo: Sentimiento en el cual, envuelve el cuerpo de una persona, haciéndola sentir con una fuerza interior, incontrolable, en el cual debes expulsarlo antes de que explote. Me pregunto qué he hecho mal, me pregunto qué hago mal cuanto intento no enojarme, cuando intento llevar la fiesta en paz. Trato de entender muchas cosas dentro de una misma situación. Quisiera ver mas allá de tus ojos, pero es imposible. Noto que aun así uno queriendo estar tranquilo nunca lo podemos estar. Ya no sé. Ya no entiendo que pasa aquí y ahora, ni entiendo que mas debe pasar. Así, como un día puedes estar feliz, al final de ese mismo día llega el enojo... ¡nada puede ser lindo! ya entiendo porque una parte de mí, me decía que la felicidad no existe...