La esencia de mis sentimientos suelen aclararse en un trasiego de deseos reprimidos e incompletos, suelo ver como la marea de mi mente va subiendo y bajando al compas de un noble sombrío lleno de gozo, aii, cuanto quisiera que lo que siento en estos momentos fuese tu reciproco, si así fuese que feliz seria, que feliz me harías. De vez en cuando noto como las palabras se esconden dentro de los sentimientos, dentro de lo que soy, de lo que siento. Pero aun así escondidas, se vuelven poesía, se vuelven alegría, alegría a los ojos de mi inocencia, de mi carisma comprometido, envuelto entre sabanas y almohadas. Y dejando poco a poco caer ambos sentimientos como terciopelo, tan frágil, tan suave, solo como vos tan tierno.
Tengo ganas de huir. De todas formas he llegado tarde. Tengo ganas de salir corriendo, y dejar este inmenso cuento, con sus hojas en blanco y su tinta regándose. Que enojo tan grande tengo adentro de mí. ¿Acaso no duermes con reloj? ¿Acaso no notas la claridad del día? Porque haz llegado mas tarde que yo. Imbécil. ¿Por qué? Me hiciste dar ese paso tan grande, y ahora vuelves, sin tu reloj, en la noche, queriendo saber un porque, sin ni siquiera ver tu “cuando”. Sin ni siquiera fijarte en tu “donde”. Esto debe ser una broma. Una tonta broma en donde no hice lo que pensé que hice. En donde tu… En donde ambos seguimos viéndonos en aquel reflejo incomprensible. Me encantaría dejar las cosas como están. Morir sola, y que a mi lado este quien escogí como si fuese mi error mundano. Que mi mente arda de tanto pensarte, que mis pensamientos no tengan fin, pero que te piense tanto y tanto, que mi cabeza ya no aguante. Este será nuestro único secreto. Vivir esta vida llena de injusticia, a...
Comentarios
Publicar un comentario